top of page

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL ANTE LOS GRUPOS IMPLICADOS: STAKEHOLDERS

Foto del escritor: PAUL TIPANLUISAPAUL TIPANLUISA

El concepto de personas o grupos implicados en la misión de la organización es clave para entender ante quién es responsable una organización, pues no tendrá sentido plantear que es responsable ante el mundo en su totalidad, lo que llevaría a la irresponsabilidad por imposibilidad, ni reducir su responsabilidad a un grupo de personas limitado y sin criterio. El origen del concepto de grupo implicado, o stakeholder (en inglés) surgió, precisamente, como crítica a la visión de la responsabilidad social defendida por Milton Friedman (1962) (véase la Figura 7.1). Este economista insistía en que la única responsabilidad de las organizaciones empresariales era para con sus dueños, los accionistas o stockholders (en inglés). El primer desarrollo extenso de la teoría de los stakeholders se debe a R. Edward Freeman (1984), aunque otros autores habían utilizado ya el concepto con anterioridad. Este término, que supone un juego de palabras en inglés, defiende la necesidad de actuar con responsabilidad ante toda persona o grupo «at stake» (que participa en el juego), que se ve implicado en la actividad de la organización, superando la concepción que defendía que sólo los accionistas debían ser considerados. El término ha sido también traducido al castellano como «grupos de interés»; sin embargo, aquí se opta por la traducción más amplia, que implica formar parte del juego, estar implicado en él.

Se denomina aquí grupos implicados directos a aquellas personas que configuran la organización y que son los artífices, en sentido estricto, de la puesta en práctica de la misión específica de la organización. Entre los grupos implicados directos se encontrarían quienes crean la organización y ostentan su posesión en sentido material y económico, así como todos los miembros que la integran, tengan o no tareas de responsabilidad directiva sobre otros.

El concepto de los grupos implicados (stakeholders) ha supuesto desde su aparición en el ámbito empresarial un importante avance en la comprensión de las responsabilidades de la organización y en la posible incorporación de la dimensión ética en la dirección de empresas. La concepción ética que subyace en esta teoría se preocupa por los derechos de aquellos que se ven afectados por las decisiones de las organizaciones, e intenta superar el reduccionismo economicista, o sociológico, de los enfoques precedentes, que limitaban toda responsabilidad social a lo legal, a los intereses de los dueños del capital. A su vez, esta teoría permite entender la relación de la organización con su entorno en términos más amplios que la exclusiva relación transaccional.

Dicho de otro modo, en un enfoque transaccional, el análisis de intercambio entre organización y entorno es siempre en términos de coste beneficio, se da en espera de recibir algo a cambio, do ut des. Cuando el análisis se plantea como un enfoque relacional, el análisis permite distinguir a las partes implicadas en la relación, pero no toda relación es entendida en términos de transacción, puesto que es posible no buscar resultados en el corto plazo, e incluso no buscar obtener nada a cambio de la relación.

La teoría de los stakeholders ha obtenido gran popularidad por su utilidad para identificar a aquellos grupos que se ven afectados por las decisiones organizacionales en función de los derechos que poseen. Hoy, el concepto forma parte de los términos acuñados en la dirección estratégica de las organizaciones. Sin embargo, esta teoría, más allá de identificar a los grupos implicados, no aporta más criterios objetivos que permitan juzgar en caso de conflicto de responsabilidades. El concepto permite subrayar un hecho fundamental, y es que la responsabilidad de las organizaciones no se reduce a un único implicado, pero no da más elementos de juicio.



13 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page